El pasado 1 de enero entró en funcionamiento el Tratado de Libre Comercio Africano (AfCFTA) dando lugar al mayor área comercial de productos y servicios del mundo. El acuerdo, que se firmó en Kigali (Ruanda) en marzo de 2018, entró en vigor el 30 de mayo de 2019, pero las restricciones por la pandemia hicieron que no empezase a ser una realidad hasta este año.

El AfCFTA es la mayor área comercial del mundo en términos de población y potenciales consumidores ya que se habla de un mercado de más de 1.200 millones de personas y con un PIB de 2,5 billones de dólares en la actualidad. De los 55 estados que integran la Unión Africana (UA), 54 han firmado el protocolo de adhesión al AfCFTA y 38 ya lo han ratificado. Eritrea no participó en las negociaciones debido a su conflicto con Etiopía, aunque se incorporará con el tiempo.

¿Qué objetivos intenta perseguir el AfCFTA?

El objetivo inicial del AfCFTA es fomentar el comercio intra-africano mejorando el acceso al mercado mediante la eliminación gradual de los aranceles, la eliminación de las barreras comerciales, la armonización de las leyes y prácticas aduaneras y el fortalecimiento de la cooperación y el desarrollo de capacidades.

Los países africanos tienen más relaciones comerciales con Asia, China, Europa y Estados Unidos que entre ellos. Según informa la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, en 2017 el comercio intra-africano representó solo un 16% de las exportaciones del continente. Con el acuerdo se espera un aumento del 50% del comercio intra-africano mediante el desarrollo y fomento de cadenas de valor regionales y continentales.

Otro de los beneficios lo encontramos en un aumento de la fabricación y diversificación en países que presentan economías emergentes como son Marruecos o Ruanda. Ambos países emplean políticas que favorecen dichos aspectos. De esta manera los países pequeños aprovecharán las economías de gran escala y el enorme mercado.

La mayor parte de la fabricación en el continente se realiza actualmente en Sudáfrica, Egipto y Nigeria. Uno de los objetivos principales desde el inicio de este acuerdo era la eliminación gradual de los aranceles y barreras comerciales. Esto permite que países con economías más vulnerables como Yibuti, Etiopía, Madagascar, Malawi, Sudán, Zambia y Zimbabue se beneficien.

El AfCFTA tiene también como objetivo facilitar y mejorar la coordinación y el comercio entre los bloques económicos regionales. La integración incluirá reunir a las comunidades económicas regionales para poner fin a la competencia entre ellas y reemplazarla con la cooperación.

También complementa otras estrategias de la Unión Africa, incluida la Visión Minera Africana (AMV). El AMV identifica vías de desarrollo sostenible como una herramienta para promover el comercio y la inversión, al optimizar el uso de la infraestructura, promover valor agregado y mejorar la competitividad de las economías africanas.

Cierto es que la AfCFTA, aún a día de hoy está en una fase incipiente de implantación. Aunque haya entrado en funcionamiento hay algunos desafíos que hay que paliar. Uno de ellos son la infraestructura y los procedimientos aduaneros necesarios para comerciar, pues ocho meses después de su funcionamiento, sólo Egipto, Ghana y Sudáfrica los han establecido.

Con respecto a las infraestructuras, existe una deficiencia con las carreteras ya que en muchas ocasiones estas se encuentran en malas condiciones y muy congestionadas. Este quizás sea uno de los mayores desafíos, pues supone la vía de transporte del 80 % de bienes y del 90 % de personas en el continente.

A esta dificultad se suma la fuerte prevalencia de leyes, cuotas o estándares que pueden acarrear costos comerciales significativamente más altos que los propios aranceles, los cuales sí que serán eliminados (bajo un principio de reciprocidad) en un 90 % de los productos.

En relación a los aranceles, hay una excepción para los países menos desarrollados, que tienen un plazo de diez años para adaptarse. Los aranceles de las mercancías sensibles, como azúcar, vehículos y textil, se liberalizan en un periodo más largo.

Algunos países pequeños reciben un trato especial. Se les permite liberalizar menos bienes y tienen un periodo más largo para reducir los aranceles. Respecto a los servicios, el plan inicial se centra en cinco sectores de servicios prioritarios: financiero, transporte, comunicaciones, servicios empresariales y turismo.

Ambas son cuestiones que se están abordando para no agravar la desigualdad ya existente entre países con una infraestructura portuaria y terrestre desarrollada. También con los países cuyas pymes ni siquiera consiguen expandir sus productos en el mercado interno, como ocurre en Malawi o Madagascar.

Es evidente que el Tratado de Libre Comercio Africano cambiará de manera radical la suerte económica del continente ofreciendo la oportunidad de explorar nuevos mercados y crear nuevas asociaciones. De hecho, el comercio intra-africano podría aumentar en más de un 50 % el próximo año, lo que a su vez se traduciría en un mayor crecimiento económico, más inversiones extranjeras y una necesaria industrialización, lo que va ligado a un mayor empleo y un mejor nivel de vida.