La cantidad de incidencias y amenazas que sufren aquellos negocios con plataformas o medios digitales ha incrementado exponencialmente en los últimos años. Las empresas se ven obligadas a invertir cada vez más en programas y sistemas que les ayudan a protegerse de los denominados “ciberataques”. De hecho, podemos decir que la seguridad tanto interna como externa de las empresas, se ve bastante comprometida últimamente por culpa de estas incidencias.

Bien es cierto que ya se han desarrollado infinidad de programas y sistemas que pueden evitar, o al menos, disminuir el impacto tanto económico como humano, que pueden llegar a causar estos ciberataques en la operabilidad de las empresas. Aunque estemos hablando de términos digitales, estos ciberataques no solo ocurren en empresas exclusivamente dedicadas al sector de las tecnologías y comunicaciones, sino que puede suceder en cualquier empresa de cualquier sector, siempre y cuando, trabajen o posean algún soporte o medio digital que contenga información, ya sea interna o externa, de la misma, de sus clientes y/o de sus proveedores.

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Como consecuencia, se ha desarrollado el concepto de “Ciberseguridad”, que se entiende como todas aquellas prácticas que contribuyen a la protección y defensa de las plataformas, servicios e información digital de las empresas. En España, existe el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), formado por un conjunto de especialistas en ciberseguridad preparados para ofrecer diferentes servicios relacionados con la temática, siempre teniendo en cuenta las diferentes líneas de actuación que pueden existir. Asimismo, INCIBE, destaca que el impacto que pueden tener los ciberataques sobre las organizaciones, sobre todo aquellas que trabajan con grandes cantidades de datos e información personal y sensible (como puede ser la de los clientes o el personal interno de la organización), puede llegar a ser devastador.

Garantizar la seguridad digital de la información interna y externa que poseen las organizaciones debe convertirse en uno de los objetivos principales de las empresas del siglo XXI. Generar la confianza tanto de los clientes como de los proveedores es una tarea laboriosa y puede llegar a verse gravemente comprometida si la organización no ha sido capaz de evitar un ciberataque al que ha sido expuesto. Dejando, no solo ante el mercado o ámbito de actuación de la organización, sino ante el mundo entero, la información de personas o entidades que han confiado en nosotros.